2 COREA: Lee Woon Jae; Yoo Sang Chul, Seol Ki Hyeon, Lee Young Pyo, Lee Eul Yong; Lee Chun Soo, Lee Min Sung, Ahn Jung Hwan, Hong Myung Bo; Park Ji Sung y Song Chong Gug.
Cambios: Cha Du Ri por Lee Eul Yong, Choi por Ki Hyeon.
3 TURQUÍA: Recber; Korkmaz, Akyel, Ozalan, Kerimoglu; Emre, Basturk, Penbe, Mansiz, Sukur y Davala.
Cambios: Okan por Davala, Tayfur por Basturk y Hakan Unsal por Emre.
Àrbitro: Saad Mane (KUW), asistido en las bandas por Ali Al Traifi (KSA) y Héctor Vergara (CAN). Tarjetas a Lee Eul Yong y Rustu.
Goles:
0-1, minuto 1: Hakan Sukur;
1-1, minuto 9: Lee Eul Yong;
1-2, minuto 13: Ilhan Mansiz;
1-3, minuto 32: Mansiz;
2-3, m.93: Song.
LUIS M. PASCUAL-DAEGU
Turquía, en su segunda comparecencia en un Mundial desde el de Suiza de 1954, obtuvo ayer el mayor éxito de su historial futbolístico con un tercer puesto que dejó a la anfitriona Corea del Sur con la miel en los labios. Los turcos, una de las grandes sorpresas de este Mundial, volvieron a exhibir un fútbol seguro y de alto nivel que sólo había podido frenar en semifinales la constelación de estrellas de Brasil.
Conducido con maestría por Basturk y Emre hasta que se lesionó, Turquía silenció a la «marea roja» en Daegu y, de paso, demostró cómo hay que jugar contra Corea del Sur: toques rápidos, control defensivo y lanzamientos veloces en los contragolpes. La defensa coreana se convirtió en un coladero, aprovechado por Sukur y Mansiz. Sukur fue el gran protagonista del partido y pasó a la historia como el autor del gol más rápido de los Mundiales al «robar» al borde del área una pelota que a Hong Myung Bo se le enredó entre las botas y batir a Lee Wong Jae a los 12 segundos de partido.
Corea sintió el mazazo pero siguió corriendo. Sus jugadores parecían liebres que huyen de los galgos. Corren, centran, tiran desde cualquier posición, pero cuando tienen que inventarse una jugada distinta todas sus limitaciones explotan. A los 9 minutos de un ritmo endiablado, Lee Eul Yong no desaprovechó la oportunidad de una falta al borde del área turca. Hizo un saque magistral que se coló por el ángulo izquierdo de Recber, uno de los mejores porteros del Mundial.
Las «camisas rojas» de las gradas volvieron a animar a su equipo con fuerza, pero ahí estaba Sukur para facilitar a Mansiz dos oportunidades de oro en los minutos 13 y 32, que colocaron en el marcador un 1-3 que dejó a los coreanos sin ideas. En el segundo tiempo Corea siguió corriendo, intentando abrir el juego por los extremos con rápidas cargas pero más dominadas por el ímpetu que por el razonamiento.
De todas formas Corea y su entusiasta hinchada no pueden quejarse. Al máximo se les concedía la superación de la primera fase, pero llegaron a semifinales, mandando a casa por el camino a Italia y España, dos de las potencias del fútbol europeo. Sólo Alemania hizo honor a su condición de favorita. El cuarto puesto de Corea es el mayor éxito de Asia en los Mundiales. A base de carácter indomable y velocidad supersónica, llegó más lejos que nunca, pero en el partido de ayer desperdició varias ocasiones de gol por el vértigo de marcar a toda costa.