Alfonso Gil OSAKA
La selección inglesa afronta el último encuentro de la primera fase
del Mundial en el Grupo F con la intención de clasificarse para
octavos, a ser posible como primera de grupo, en el partido en el
que se medirá a la selección nigeriana, herida en su orgullo tras
haber quedado eliminada de la competición.
Los ingleses llegan al partido ante los nigerianos con cuatro puntos y de ellos mismos depende acabar como primeros del grupo, aunque lo que tienen claro es que si ganan o empatan estarán clasificados y que incluso tendrían opciones con una derrota mínima, en función del marcador del Suecia-Argentina.
La situación es tan favorable para la selección inglesa que su jugador estrella y capitán, David Beckham, ha afirmado que la hipotética eliminación de la selección sería «un gran ridículo». Inglaterra ha resuelto con un empate ante Suecia (1-1) y con una victoria ante Argentina (1-0) los dos primeros encuentros del grupo que ha sido conocido tópicamente como el de «la muerte».
El capitán de Inglaterra, ya recuperado de su lesión, se mostró tranquilo ante el encuentro final del grupo, aunque recordó que en este Mundial la presión ha sido grande, especialmente en el momento en el que se señaló el penalti contra Argentina y tuvo que lanzarlo.
Desde el punto de vista de la selección nigeriana, la realidad es que el equipo está herido y resultaría muy complicado volver a casa sin haber sumado un sólo punto, en especial cuando el equipo contrario es una selección como la inglesa, con la que existe una cierta rivalidad.
La noticia confirmada en el equipo nigeriano es la ausencia definitiva del delantero Nwanko Kanu, un futbolista que conoce bien la liga inglesa, ya que milita en el Arsenal londinense.