Jenaro Lorente ULSAN
La selección española volvió a la batalla después de 24 horas de
tregua, en las que los jugadores disfrutaron de tiempo libre y
exhibieron el buen ambiente que preside el equipo después de las
dos primeras e históricas victorias mundialistas. España no quiere
restar importancia al compromiso ante Suráfrica del próximo
miércoles, a pesar de que la clasificación para los octavos de
final de la competición está ya en el bolsillo.
Aún queda por determinar quién será el primero del grupo y el enemigo con el que tocará enfrentarse en la siguiente ronda y el equipo no se presta a conjeturas. Por ello, luchará por el primer puesto del grupo B, que logrará con una victoria ante los surafricanos, en el último partido de la primera fase. El grupo E, del que saldrá el rival de los españoles en la ronda de octavos de final, se resolverá un día antes, por lo que la selección podría tener el privilegio de escoger enemigo.
Tal posibilidad es algo que no se plantea. Así de claro lo dejó el capitán del equipo, el madridista Fernando Hierro, para quien «ante Suráfrica no hay otro objetivo que la victoria».
«Elegir rival en el mundo del fútbol es muy complicado. Cualquiera te puede ganar. Nunca sabes lo que es mejor, por lo que la obligación de España es ganar, lograr el primer puesto del grupo y enfrentarse al rival que nos toque en octavos», manifestó de forma tajante el central español.
Está claro que no habrá concesiones en ese aspecto, aunque cada jugador pueda tener su preferencias. Para Albert Luque, por ejemplo, el mejor rival en octavos sería Irlanda. «Alemania es una de las favoritas para la final y Camerún es un equipo complicado», manifestó, aunque explicó que España «saldrá a por la victoria ante Suráfrica para quedar primera de grupo».