Un triple de Robert Horry cuando la bocina señalaba el final del partido sirvió para que Los Lakers de Los Angeles derrotasen por 100-99 a los Kings de Sacramento en el cuarto encuentro de la final de la Conferencia Oeste, donde los visitantes, merced a un magnífico primer cuarto, desperdiciaron una ventaja de 24 puntos (32-56) y permitieron a su rival sacar su orgullo para levantarse y equilibrar la eliminatoria con un triunfo que además tiene un enorme valor psicológico para los actuales campeones.
Sacramento empezó muy centrado el partido, con mucha soltura en ataque donde Bibby y Webber volvían a hacer daño provocando el primer despegue en el electrónico (9-17, min.5), ante unos Lakers muy espesos en sus acciones ofensivas y débiles en las defensivas. Phil Jackson se desesperaba en el banquillo ante el juego de sus hombres y solicitó su segundo tiempo muerto con un peligroso 11-25 (min.8).
Las consignas dadas fueron más balones a Shaquille ONeal y más intensidad defensiva, pero cualquier orden parecía imposible ante el aluvión de juego de ataque de los Kings que hacía que la defensa rival fuese inútil y el agujero cada vez mayor (16-33 min.10). Además, esto permitía a Rick Addleman dar descanso a algún jugador, y al final del primer cuarto, un escalofriante 20-40, que hacía presagiar otra ´paliza´ a los bicampeones como la del tercer partido.
Dos triples seguidos del equipo visitante (Jackson y Christie) dejaron claro que Sacramento no estaba dispuesto a que le sucediera lo que a los Nets la noche anterior ante los Celtics de Boston. Para el conjunto angelino, el aro era un dedal, sobre todo para Kobe Bryant (hizo sus primeros dos puntos en el minuto 16), y sólo «Shaq» lo intentaba, pero sin la ayuda de la otra estrella y del habitual granito de arena que aporta el resto de compañeros, la remontada parecía imposible.