Efe ULSAN (COREA DEL SUR)
José Antonio
Camacho, seleccionador nacional de fútbol, aseguró que el pesimismo
«no existe en la concentración» de Ulsan, pese a los discretos
partidos preparatorios jugados la pasada semana, y que aún queda
una semana para que se juegue el primer partido contra Eslovenia,
en la que, por cierto, incrementará el ritmo de los entrenamientos.
«Mi cuerpo no se ha adaptado aquí, y el de ellos tampoco», dijo
Camacho, quien también indicó que «no son dos partidos oficiales y
la mentalidad de los jugadores es diferente. No es lo mismo jugar
un partido de estos contra un rival que ves que eres superior, con
las piernas aún cargadas y con el cuerpo aún sin estar, que jugar
un partido de un Campeonato del Mundo. Aún falta la alegría en el
juego, la chispa, pero a partir de mañana empezaremos a trabajar de
otra manera», indicó.
Camacho insistió en que a algunas personas, ya sean jugadores, dirigentes o periodistas, el jet lag les puede estar afectando y que incluso le han llegado a comentar que tenía «una torrija como un piano». «Si a eso le pones que tiene que jugar un partido, aunque sea de entrenamiento, el déficit se nota», dijo Camacho, quien agregó que en los dos partidos preparatorios vio que los surcoreanos, «aunque eran de diferente categoría, llegaban al balón una décima de segundo antes».
El seleccionador explicó que prefirió jugar contra estos rivales para que sus jugadores tuvieran menos exigencia que si se hubieran enfrentado a otros equipos nacionales, porque así era mejor su adaptación y además podían disponer de más minutos y ver a todos en diferentes funciones.
Fueron unos momentos algo tensos de la conferencia de prensa, en la que Camacho llegó a decir que algún informador le había dicho que estaba en Ulsan para «joder» y aunque esto se le puso en duda y se le pidió que dijera quién había sido, lo rehuyó y destacó que la concentración «es una balsa de aceite».