El vicepresidente primero y ministro del Interior, Mariano Rajoy, se reunirá el próximo viernes con una representación de la Liga de Fútbol Profesional. Los últimos incidentes violentos que se han vivido en los estadios españoles han acelerado este encuentro, con el que se pretende atajar la violencia en el deporte. El objetivo, controlar a los 68 grupos ultras que, según la policía, están repartidos por todas las comunidades autónomas y divisiones de nuestro fútbol.
Tras los sucesos que tuvieron lugar en el Estadio Santiago Bernabéu, tras el atentado de ETA el pasado día, se encendió la voz de alarma. Mariano Rajoy anunció dos días después, tras el Consejo de Ministros, que se reuniría con la LFP para analizar la violencia en el mundo del fútbol. Este reunión tendrá lugar el este jueves, en la sede del organismo deportivo. Los sucesos de este pasado fin de semana, en Villarreal, Valladolid, Tarragona y otros estadios de fútbol han acelerado el debate sobre la violencia en el mundo del deporte. El director general de la policía, Juan Cotino, aseguró que ya se está trabajando en soluciones, pero, para tranquilizar los ánimos, recordó que ya existe una normativa sobre la que hay que trabajar.
Juan Antonio Gómez Angulo, secretario de Estado para el Deporte, afirmó que los contactos con el Ministerio del Interior en las últimas 48 horas han sido «constantes». «La violencia en el fútbol es un asunto que el Gobierno está decidido a atajar con la actual normativa y, si es preciso, con la modificación de la misma, porque es un fenómeno que se ha producido con unos efectos miméticos verdaderamente sorprendentes en las últimas semanas», manifestó.
«Estamos tremendamente preocupados, pero estamos dispuestos a colaborar para que no se vuelvan a repetir», dijo el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Angel María Villar. «No hay que justificar estos problemas porque estemos a final de temporada», añadió. La Federación propondrá dotar de carácter ejecutivo a la Comisión Nacional contra la Violencia y aplicar «medidas preventivas». Sin embargo, la propia LFP no cree que estas sean las soluciones, sino que se debe «instrumentar medidas legales y perfeccionar lo que hay, que es bueno, ha funcionado, pero quizá necesita retoques». Así lo dijo su portavoz, Toni Fidalgo. «Es un problema que sufre el fútbol y que está dispuesto a resolverlo, pero tendrá que ser con las autoridades», dijo.
De hecho, en la actualidad la policía controla a un total de 68 grupos ultras repartidos por toda la geografía española y por todas las divisiones del fútbol de nuestro país. Este dato aparece en un informe policial, «Radiografía de los grupos ultras en acontecimientos deportivos», que fue realizado el pasado año. Este informe señala que el perfil del ultra español responde al de un varón de entre 16 y 25 años, preferentemente de clase media-baja y ligados a una ideología fascista.