Txema García (Efe) - BARCELONA
El Barcelona y el Real Madrid, si superan sus respectivos duelos de
cuartos de final de la Liga de Campeones, se enfrentarían por
tercera vez en la máxima competición continental, en la que el
equipo blanco eliminó a su eterno rival en las semifinales de la
temporada 1959/60 y el azulgrana derrotó al madridista en los
octavos de la campaña 1960/61. Aquellos dos históricos
enfrentamientos han dejado huella en ambos clubes, pese a que han
transcurrido más de 40 años, ya que el primer combate acabó con una
crisis en «Can Barça» que llevó a la destitución del carismático
entrenador Helenio Herrera, mientras que el segundo supuso el final
del reinado continental del Real Madrid que había ganado las cinco
primeras Copas de Europa consecutivas.
El sorteo de la Liga de Campeones celebrado en Nyon (Suiza) ha dejado en el aire la posibilidad de que haya un tercer enfrentamiento entre Barcelona y Real Madrid que amenaza con romper todos los récords de audiencia televisiva. Aunque, para ello, el Barcelona deberá derrotar primero en cuartos de final al Panathinaikos griego y el Real Madrid hacer lo propio con el vigente campeón de la máxima competición continental, el Bayern de Munich alemán. Por este motivo, y porque también deben disputar antes dos partidos trascendentales de la Liga española, barcelonistas y madridistas no querían ayer evaluar la trascendencia que podría tener ese encuentro histórico en semifinales. El técnico azulgrana, Carles Rexach, reconoció, sin embargo, que tendría «un encanto y un morbo especial» una eliminatoria europea contra el Real Madrid, que este año celebra el centenario de su fundación. Rexach contaba sólo con 13 años cuando se enfrentaron por primera vez el Real Madrid y el Barcelona en las semifinales de la Copa de Europa en 1960.
El Real Madrid había ganado las cuatro primeras ediciones de la Copa de Europa disputadas, pero el Barcelona, de la mano del mágico «HH», amenazaba con acabar con su hegemonía. El Barcelona disputaba por primera vez la Copa de Europa, tras haber conquistado la Liga y la Copa de España en la temporada 1958-59. Además, el partido de ida de semifinales de la máxima competición continental se disputaba en el Santiago Bernabéu el 20 de abril, con el golpe psicológico que había supuesto que tres días antes el Barcelona había ganado su segunda Liga consecutiva, gracias a su mejor coeficiente de goles, tras haber quedado empatados a puntos y en los enfrentamientos directos los dos grandes rivales.
Pero el ambiente se enrareció cuando los jugadores del Barcelona, apoyados por «HH» pidieron un aumento de primas para la Copa de Europa, en lo que se denominó el 'plante de La Berzosa', nombre de la localidad madrileña donde se había concentrado el equipo. El Barcelona perdió por 3-1 el partido de ida disputado en Chamartín y, en medio de una conmoción general, el Real Madrid también se impuso en la vuelta por 1-3 el 27 de abril.
Los seguidores del Deportivo de la Coruña hubiera preferido tanto al Real Madrid como al Barcelona para los cuartos de final de la Liga de Campeones, pero al corresponderle el Manchester United confían en volver a repetir la hazaña de la primera fase y superarle en el cómputo global de la eliminatoria. Cuando se había sorteado la primera liguilla de la actual competición continental el Manchester partía como el rival más difícil a batir, ya que tanto Olympiakos como Lille parecían más asequibles. La realidad reveló entonces que todo lo que se creía a priori no valía, porque en los cuatro enfrentamientos ante los griegos y los franceses el Deportivo de la Coruña sumó otros tantos empates, mientras que su clasificación para la segunda fase se consumó precisamente contra el Manchester. Un 2-1 en Riazor, el 25 de septiembre, con goles del uruguayo Walter Pandiani y del marroquí Nourredine Naybet y, sobre todo, el extraordinario triunfo (2-3) en el mítico Old Trafford el 17 de octubre, con un gol de Sergio González y dos de Diego Tristán, catapultaron al Deportivo de Javier Irureta como líder del Grupo G a la segunda fase.