Otra final, la enésima esta temporada. El Real Mallorca se jugará esta tarde «ampliar el margen de tranquilidad», como dijo esta semana Miquel Àngel Nadal. De ganar nada quedará decidido, de perder tampoco, pero a nadie escapa que si los de Kresic suman hoy los tres puntos contra el Tenerife, el equipo bermellón encontrará la calma necesaria para afrontar la recta final de la Liga con una mínima ventaja que tal y como están las cosas de apretadas, se presume sino definitiva, sí al menos muy importante.
De hecho hasta el empate, con lo poco que otorga el sumar un punto, se presume bueno dependiendo de lo que puedan hacer los rivales implicados en la lucha por la permanencia. En el aspecto puramente deportivo, Kresic viaja sin Engonga y tampoco sin Albert Luque. Los dos se han quedado en Palma lesionados pero el entrenador croata tiene claro quienes serán sus sustitutos. Paco Soler se situará junto a Marcos y Losada volverá a ser protagonista principal en la delantera junto a Samuel Eto'o.
La llegada de Javier Clemente al banquillo tinerfeño ha supuesto un balón de oxígeno para el equipo que encadena ya tres semanas sin perder. El Mallorca, por lo tanto, se encontrará con el mejor Tenerife de la temporada y, de no perder tampoco ante el cuadro balear, establecerá su mejor racha de la temporada. Con dos mallorquines en sus filas, Pep Lluís Martí y Xisco Muñoz, el rival de esta tarde recupera a Federico Lussenhoff, que fue baja en Anoeta por sanción, y a Manel, restablecido de su lesión en el gemelo derecho.
Sin embargo el entrenado de Barakaldo muy posiblemente se decante por el mismo equipo que superó a la Real hace ahora una semana aunque Lussenhoff tiene muchas opciones de jugar en lugar de David Charcos. El Real Mallorca, de ganar en el paraíso canario, logrará aumentar la calma por las inmediaciones del estadio de Son Moix. El choque arrancará a las seis de la tarde, hora balear, y será dirigido por el colegiado vasco Miguel Àngel Pérez Lasa.