Xavi Torres vio materializado su sueño entre el júbilo de sus paisanos y completó una página histórica que tardará mucho en olvidarse por todo lo que ha representado. Las instalaciones de Son Hugo se colapsaron y algo más de tres mil personas abarrotaron las gradas de la piscina para dar su apoyo al mallorquín en el tramo final del desafío, que implicaba la misión casi imposible de nadar durante 24 horas seguidas.
Para llevar a cabo tan exigente hazaña, el nadador tuvo en la afición balear a su mejor aliado. Xavi no estuvo solo en ningún momento y compitió arropado por el público durante toda la noche, momento que él mismo había subrayado como el más espinoso de la prueba y que superó pese a las molestias habituales de una prueba de esta magnitud. Después de las seis primeras horas de nado -entre las dos y las tres de la madrugada- unas molestias estomacales aquejaron el ritmo de Torres y para solucionarlo los médicos alteraron el ritmo de su alimentación disminuyendo la ingesta de sólidos.
Una vez superado ese momento y las dificultades de primera hora de la mañana, nada detuvo la marcha de Xavi, que durante las 24 horas que duró la prueba contó con la colaboración de 780 nadadores que le acompañaron en los relevos que se producían en las calles contiguas.
Las últimas horas del desafío dieron a las instalaciones de Son Hugo un aspecto que tardará en volver a repetirse y que lo convertían en una auténtica fiesta.
El deportista realizó la última parada entre la euforia de los aficionados que se acercaron hasta el recinto y recibió el último empujón de los suyos a la vez que aprovechaba para comer un pequeño trozo de ensaimada. Su fisioterapeuta Pere Galiana le acompañó en los veinte últimos minutos y los jueces que supervisaban el evento reclamaron silencio en los instantes finales para no entorpecer la buena marcha del récord. Xavi cubrió los últimos metros entre la inmensa cuenta atrás que le coreaban los espectadores y el final fue más feliz que nunca. Resultó el epílogo perfecto a las 24 horas más apasionantes en la vida de Son Hugo.