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Mallorca B

El filial vuelve a perder (1-2) en el Lluís Sitjar

El once de Tomeu Llompart agoniza en la clasificación merced a su excesiva candidez en labores defensivas

1 MALLORCA B: Alberto (HH), Campos (H), Candela (H), Viale (H), Julio (H), Buades (HH), Zarandona (H), Amate (HHH), Güiza (-), Chando (HH) y José (H)
Cambios: Roberto Merino (H) por Candela, Quique Romero (-) por Güiza y Reynés (-) por José.
2 CARTAGONOVA: Pablo (HH), Vacas (HH), Cordón (HH), Brah (HH), Javi Manzano (H), San Román (HH), Alberto García (HHH), Urraka(HH), Marcos (H), Cortina (HH) y Cordero (HH)
Cambios: David Franch (H) por Marcos, Diego (H) por Alberto García y Rufo (H) por Vacas.
Àrbitro:
García Pulido, del comité grancanario, (HH). Correcto. Mostró cartulina amarilla a San Román, Alberto García, Urraka y Cortina. Además, expulsó por doble amonestación al preparador físico del Mallorca B, Toni Servera (minuto 89) y de forma directa a Reynés (minuto 91).
Goles:
0-1, minuto 3, Alberto García, en segunda instancia, bate a Alberto ante la pasividad de la defensa.
0-2, minuto 69, David Franch, de vaselina.
1-2, minuto 76, Chando.
LO MEJOR: La meteorología
LO PEOR: La imagen del filial

Fernando Fernández
La gran asignatura pendiente del Mallorca B es el Lluís Sitjar. El grupo de Tomeu Llompart se muestra atenazado en su terreno de juego y exhibe una inseguridad defensiva que hace reflexionar sobre el futuro del segundo equipo rojillo.

Como anunció el entrenador inquense, el Cartagonova, inmerso en la lucha por disputar la liguilla de ascenso, salió a buscar y aprovechar su oportunidad, para más tarde aguantar. Y así fue, pues el filial salió somnoliente al terreno de juego, y en la primera acción firme del encuentro, Alberto García, en dos tiempos y ante la pasividad de la zaga balear, perforaba el marco de Alberto Cifuentes.

Mal empezaban las cosas. Desde ese momento, el once de Corchado se limitó a aguantar y aguardar un nuevo despiste bermellón para apuntillar. Por su parte, el Mallorca B se acercó en contadas oportunidades a la meta de Pablo, salvando Javi Manzano, sobre la línea de gol, la más peligrosa incursión, obra de Chando.

Dado que Güiza estaba en paradero desconocido, el trabajo ofensivo se acumuló en exceso para sus compañeros, que volvieron a ser excesivamente benevolentes en la acción del segundo gol murciano. David Franch trazaba una vaselina que hacía trizas el sueño del filial, que avisó con un disparo al palo de Quique Romero, anticipo del estéril gol de Chando. Los últimos minutos sobraron.

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