La derrota en el Ruiz de Lopera escoció más por un episodio puntual que por los méritos contraídos por el conjunto mallorquinista. Una vez más, el que más hizo notar la indignación del vestuario, ya reflejada por su máximo responsable, fue el capitán. Javier Olaizola explotó y quiso dejar clara la indecisión existente entre los miembros del trío arbitral. «No saben ni ellos lo que han pitado. Una jugada ha marcado un partido en el que ni unos ni otros tuvimos demasiadas opciones para ver puerta. Lo que está claro es que desde entonces fuimos a remolque en el marcador», sentenció el donostiarra.
Una de las circunstancias que más llamó la atención fue el hecho de que tanto el colegiado como su auxiliar esquivaran la responsabilidad. «Por lo menos, si le ha dado al botón, que lo diga», refirió Olaizola sobre el asistente, que se dirigió a Javier al final del partido para comentarle, según palabras del jugador que «habíamos tenido noventa minutos para arreglarlo».
La pena máxima supuso decantar la balanza a favor del Real Betis, aunque el jugador rojillo pidió equidad. «A mí me gusta que ni me quiten, ni me den nada. Al Mallorca le han pitado un penalti que nos ha costado los tres puntos», comentó Olaizola.
Por su parte, Marcos hace una llamada «a la tranquilidad», aunque reconoció que no pudo ver la jugada de la polémica, pese a que también tiene sus dudas sobre la misma.