76 OURENSE: (13+22+19+ 22):Kamerichs (18), Bernabé (2), Javier Crespo (4), Miralles (9), Javier Buesa (5) "cinco inicial", Sergio Anagnostou (11), Cherry (10), Wilson (15), Pleuger (2). 24 de 45 en tiros de dos puntos. 5 de 13 en triples. 13 de 21 en tiros libres. 43 rebotes (28 en defensa y 15 en ataque). 26 faltas personales.
67 DRAC INCA: (18+18+14+17): Sergi Grimau (15), Montañana (7), Bordas (4), Willy Villar (6), Stuckey (21) "cinco inicial", Puyada (5), Green (0), Carrasco (0) y Alzamora (9). 18 de 46 en tiros de dos puntos. 6 de 17 en triples. 13 de 25 en tiros libres. 31 rebotes (17 en defensa y 14 en ataque). 21 faltas personales.
Àrbitros: De Lucas y Florenza. Excluyeron por cinco faltas personales a Miralles (Ourense). Castigaron con una falta antideportiva al jugador del Krac, Stuckey.
ALBERT ORFILA
Ourense, el equipo más largo de la Liga, volvió a dejar patente que su candidatura es una de las más solventes. Maldonado tiene mucho y de todo y su equipo es una especie de rodillo. Nadie a excepción del Ourense es capaz de jugar de principio a fin con la misma intensidad. El desgaste que provoca en sus rivales es enorme. Es una especie de muerte lenta de la que es muy difícil escapar. De hecho, el guión del partido fue ese. El Drac Inca aguantó mientras pudo, aunque por el camino sucedieron demasiadas cosas. Perdió a Kenny Green a las primeras de cambio (se lesionó en el primer cuarto) y también vió como el criterio arbitral adquiría un cariz muy particular cuando llegó la hora de la verdad.
El discurso que ofreció el Drac Inca a lo largo de todo el primer acto fue sólido. Serio en defensa, el cuadro mallorquín fue capaz de imponer sus credenciales en el juego interior. Eso facilitó mucho las cosas. En ataque se manejó con criterio y casi desde el principio cobró ventaja en el electrónico (13-18). La línea exterior apenas funcionó, pero el trabajo de Alzamora, Montañana y Stuckey dentro de la pintura sostuvo al equipo y cobró ventaja. Eso si, sus rentas nunca fueron importantes y el aliento del Ourense nunca dejó de notarse.
Sin mucho que decir bajo los tableros, el cuadro local encontró en Anagnostou y Buesa a sus dos principales referencias ofensivas. Es algo que se produjó durante un tramo muy concreto del partido, pero fue lo que evitió que el Drac Inca abriera brecha (35-36 al descanso). El partido giró en el tercer cuarto. Fue cuando el Ourense exhibió con lujo todo su armamento. Albert Miralles y Wilson se adueñaron del rebote "tanto endefensa como en ataque" y emergió el mejor Kamerichs. El Drac Inca aguantó hasta que pudo (54-50). Un triple de Kamerichs, tan buen jugador como payaso, implicó una condena que era previsible a falta de siete minutos para el final (63-52). Al final no pudo ser y el Drac cayó.