El delantero argentino Martín Posse, con una gran genialidad, dio tres puntos de oro al RCD Espanyol y permitió la victoria de los catalanes (2-1) sobre un Real Mallorca conformista que nunca fue en busca del partido. Espanyol y Mallorca salieron fríos y timoratos, respetándose mucho y sin apenas crear ninguna ocasión de peligro durante los primeros veinte minutos. Los locales estuvieron bastante imprecisos, en especial el joven debutante Raúl Vates, al que le costó mucho entrar en el partido debido a la fuerte presión que los centrocampistas mallorquinistas ejercían sobre él. No obstante, de sus botas salió el primer tanto de la tarde. Un balón en largo que peleó Tamudo permitió sacar de la nada una oportunidad que Alex Fernández no desaprovechó para poner el 1-0 en el marcador después de un fuerte disparo desde la frontal del área.
Sin embargo, cuando mejor estaba el equipo de Paco Flores, un error colectivo de su defensa, permitió a Alberto Luque devolver las tablas al marcador tras un impecable remate de cabeza a un no menos preciso centro de Campano. El conjunto de Sergio Kresic se adueñó, a partir de ese momento, del partido y tanto Luque como Etoo pudieron voltear el resultado pero se encontraron con dos magistrales paradas de Juan Luis Mora que tranquilizaron a unos aficionados bastante exaltados.
En la reanudación, los dos conjuntos rivalizaron en conformismo e hicieron del partido un auténtico suplicio para los aficionados que se dieron cita en Montjuïc. El resto del encuentro fue un tedio hasta que en el minuto 80 Posse se sacó de su chistera un golazo sensacional que puso en pie a todo el estadio y que dejó al Mallorca sin capacidad de reacción.