Carlos de Torres. MADRID
Àngel Casero salió de Cibeles con el maillot azul del Festina y
entró en la Puerta de Alcalá con el dorado de vencedor final de la
Vuelta 2001, al aventajar en la contrarreloj en 1.12 minutos a
Óscar Sevilla, del Kelme Costa Blanca, segundo en el podio después
de haber llevado el liderato durante 12 días y ambos acompañados en
la foto de vencedores por el estadounidense Levy Leipheimer, del Us
Postal, tercero.
Casero, valenciano de 29 años, llegó a tiempo a la contrarreloj más castiza para ponerse el maillot oro por primera vez en la Vuelta más rápida de la historia (50'055 Por hora), pero fue la definitiva, la «fetén», la que llevaba buscando desde 1994, cuando tras ganar el Tour del Porvenir se le señalaba como la gran promesa del ciclismo español y los resultados no llegaban. La temporada pasada acabó segundo. Ahora ya podrá soñar con un título en una grande.
«Desde niño sueñas con esto y es algo que me da confianza para disputar una gran Vuelta. Cuando estás un año en blanco, sin ganar nada te pones nervioso y dudas de ti mismo. Esto es una recompensa por un año de trabajo y por todos los momentos malos que hemos vivido mi familia y yo», dijo el ganador de la Vuelta a España.
La lucha entre Casero y Óscar Sevilla eclipsó la gran victoria en la contrarreloj del colombiano Santiago Botero, del equipo Kelme, quien fue el mejor con un tiempo de 45.33 minutos, anotándose su segundo éxito en la modalidad cronometrada. En Torrelavega también se exhibió en la séptima jornada.