España, definitivamente, ha dado la espalda al miedo, a la historia y al aterrador potencial de Yugoslavia, una selección que asusta a todos menos al descarado equipo de Javier Imbroda, cuyos integrantes están dispuestos a plantar cara para volver a la final del Europeo tras la plata de Francia 99. Ni la contundencia de los números, ni la galáctica demostración de tiro que los plavi (azules) efectuaron ante Letonia, a la que endosaron doce triples sin un solo fallo en dieciséis minutos de partido, ni la lujosa plantilla de Svetislav Pesic, han logrado intimidar al cuadro español. Con mucho respeto, pero también con mucha ambición, España insiste en seguir soñando con los metales más brillantes, eufórica, pero también consciente de la trituradora que tendrá enfrente: Predrag Stojakovic, Dejan Bodiroga, Dragan Tarlac, Milan Gurovic....
Se trata de una las selecciones más potentes jamás reunida por Yugoslavia, a la que España sólo ha derrotado cuatro veces en torneos oficiales desde su primer enfrentamiento, disputado hace ahora 41 años, en el Mundial de 1950, en un choque que ni siquiera llegó a jugarse a causa de la retirada por motivos políticos de los balcánicos, en cuyas filas militaba entonces el actual secretario general de la FIBA, Borislav Stankovic.
La última victoria española en competición oficial se remonta a los Juegos Olímpicos de Los Angeles, donde los malogrados Fernando Martín y Antonio Díaz Miguel llevaron a España a la final de aquella épica medalla de plata tras deshacerse de los yugoslavos por 74-61, el margen más amplio que la selección ha marcado ante la formación del águila bicéfala. En total, la legión hispana y Yugoslavia han disputado 43 encuentros, diez de ellos amistosos, y la dominación de los actuales campeones del mundo en choques formales es incuestionable: 29 victorias en 33 compromisos (17 en el Europeo, 3 en Juegos Olímpicos, 4 en el Campeonato del Mundo, 2 en los Juegos del Meditérraneo, otras 2 en torneos preolímpicos y 1 en los Juegos de la Buena Voluntad (Goodwill Games).
Por tanto, en citas oficiales España sólo ha podido con los yugoslavos en cuatro ocasiones y, dentro del torneo continental, únicamente en una, la primera fase del Europeo 83, en Francia, donde se proclamo subcampeona frente a Italia, y ganó por 91-90 con un equipo donde también había dos jóvenes promesas de 20 años que luego fueron realidad (Fernando Martín y Andrés Jiménez).