Las victorias de Juan Carlos Ferrero y de Albert Portas en las semifinales del Abierto de Hamburgo provocarán la que será la quincuagésima final entre tenistas españoles en el circuito profesional desde 1990, y anuncia un sentimiento de favoritismo hispano para Roland Garros. El impresionante momento de forma de Ferrero le lleva a romper todos los récords. Además de alcanzar su segunda final consecutiva de una Masters Series, cuenta casi todos sus partidos por victorias (sólo cayó en la segunda ronda de Montecarlo) y ha sumado ya 16 triunfos seguidos sobre tierra batida.
El tenista valenciano, que saltó a la primera línea de la fama mundial tras dar el punto decisivo a España en la final de la Copa Davis ante Australia en Barcelona, sigue arrasando a sus rivales con los que no entiende de sentimentalismos. En la semifinal de hoy su rival era Albert Costa, otro de los miembros del equipo español que dieron la primera «Ensaladera» a España, y Ferrero no tuvo piedad.
«No he jugado bien. He jugado de forma increíble. Me estoy encontrando mejor cada partido», comentó el valenciano después de destrozar a su rival por un contundente 6-1 y 6-2. En Hamburgo, su rival será Albert Portas que se deshizo del australiano Lleyton Hewitt por 3-6, 7-5 y 6-2, y se convierte en el primer jugador, proveniente de la fase previa, que juega una final de un Masters Series desde que lo lograra el israelí Harel Levy en Toronto el año pasado.
Portas tuvo que remontar un encuentro que tuvo prácticamente perdido tras ceder el primer set por 3-6. En la segunda manga, un par de errores con su servicio hizo que el Hewitt igualase a cinco juegos.