El Real Madrid, actual campeón de Europa, pretende demostrar su condición ante un Bayern Múnich «picado» por las críticas recibidas en España por su carácter defensivo en el Bernabéu, al que necesita doblegar con un triunfo superior al 0-1 encajado en la ida para estar en San Siro. El equipo de Vicente del Bosque lo tiene todo en contra, estadísticas, historia y el marcador, pero la historia del club le hace peligroso en los momentos en los que parece tenerlo peor. Nunca ha ganado en el Olímpico, pero los jugadores pretenden recuperar la eficacia de la que carecieron en la ida.
Es el momento clave para el conjunto español. De nada vale recordar una buena trayectoria desde septiembre en la Liga de Campeones. Sus estrellas, como el portugués Luis Figo o Raúl González, pese a la contractura que sufrió el domingo, están obligadas a aparecer para derrumbar el muro de Ottmar Hitzfeld. El cuadro germano lleva tres años y medio sin perder en casa en la máxima competición continental y además siempre ha ganado al Real Madrid. Pero todo esto no son más que datos, estadísticas que están para romper, como señalan los madridistas, ilusionados pero conscientes de lo difícil que tienen la presencia en la final continental.
Para el Bayern esta Liga de Campeones es como una cuestión de estado. El club lleva 25 años sin lograr el máximo galardón europeo y tras perder la final de hace dos ediciones ´in extremis´ contra el Manchester United, se ha conjurado para terminar con esta sequía.
Tanto Hitzfeld como sus hombres están molestos por cómo se les ha tratado en España por su manera de desenvolverse en el Bernabéu, donde hicieron gala de una defensa impenetrable y aprovecharon una de sus pocas opciones. Todo un ejemplo de practicidad. La baja por sanción del capitán Stefan Effenberg, amonestado en el Bernabéu, es en principio ventajoso para el Real Madrid.