El presidente de la Liga Nacional de Fútbol Profesional (LNFP), Antonio Baró Armengol, falleció el sábado en Barcelona a los 69 años, después de una larga enfermedad que durante los últimos meses le mantuvo prácticamente apartado de este organismo.
Baró presidía la patronal de clubes desde el 11 de diciembre de 1984, cargo que compaginó por casi cinco años (1984-1989) con la presidencia del R.C.D. Espanyol, a la que llegó en 1982 en sustitución de Manuel Meler. El 25 de febrero de 1997 fue reelegido para afrontar un nuevo mandato al frente de la Liga sin necesidad de convocar elecciones.
Antonio Baró Armengol, abogado de profesión, había nacido en Tarragona el 26 de julio de 1931, estaba casado y tenía cuatro hijos. Familiares y amigos de Antonio Baró acudieron ayer tarde a darle un último adiós al Tanatorio barcelonés de Les Corts, donde quedó instalada su capilla ardiente. Todos ellos coincidieron en destacar la pasión por el mundo del fútbol de Baró.
Pedro Tomás, secretario general de la LFP y ayudante personal de Baró desde 1978, aseguró sentirse «muy triste». El presidente del Espanyol, Daniel Sánchez Llibre, dijo que la muerte de Baró significa «una gran pérdida para todo el fútbol en España y concretamente para el Espanyol», ya que recordó que Baró llevó al club blanquiazul «al hito más importante de su historia», la final de la Copa de la UEFA en 1988».