79 GRANADA: Romero (15), Liñán (17), Serrano (10), Félix Sánchez (9), Cansin (9) -cinco inicial-, Benítez (9), Manzano (10) y García (0).
72 DRAC INCA: Edu Sánchez (1), Mons (18), Stacey (10), Crespo (13), Stuckey (19) -cinco inicial-, Montañana (0), Merino (2), Villar (9) y Aldama (0).
ÀRBITROS: Uruñuela y Sacristán. Castigaron con una falta antideportiva a Serrano y otra a Crespo.
ALBERT ORFILA
Drac Inca sufrió en sus carnes el denominado milagro de Granada, un equipo acuciado por problemas económicos, que se vió despojado de sus jugadores más emblemáticos en la apertura del curso y que ha acabado reponiéndose a todo y otorgando lujo a una candidatura que entraba en pocas quinielas. El grupo balear jugó a ráfagas y un pésimo inicio del último cuarto condicionó casi todas sus opcionesl.
Ausentes Stuckey y Stacey, el cuadro balear encontró en Llorenç Mons a su principal referencia ofensiva. Encontró pocas soluciones el Inca para moverse con solvencia en la telaraña defensiva que tejió Granada, aunque la inspiración de uno de sus jugadores de perímetro y la productividad de Javier Crespo le permitieron andar siempre metido en el partido. De hecho, el cuadro balear realizó un buen trabajo defensivo durante un gran trayecto del primer acto, pero a su baloncesto le faltó equilibrio y las rentas que administró siempre resultaron efímeras. Se puso cinco arriba en el minuto 8 (11-16), pero en el once ya estaba uno abajo (19-18). Esa fue la tónica. Las siete pérdidas de balón que sufrió tuvieron mucho que ver.
El inicio del tercer cuarto no varió en exceso el guión del partido, aunque Granada empezó a sentar un principio de autoridad. Se apagó la estela de Mons y el ataque del Inca se quedó huérfano. Stuckey apareció sólo a ratos y el ataque mallorquín vivió en un atasco casi permanente. Granada no desaprovechó la ocasión. Su perímetro empezó a funcionar y el marcador no tardó en reflejar el gobierno local: 49-40.
Inca empezó a sentirse demasiado incómodo y cuatro triples prácticamente consecutivos del Granada le dejaron al borde del abismo (64-52 a falta de seis minutos para finalizar el encuentro). El acta de defunción estaba servida y también firmada para los baleares.