La belga Kim Clijsters despertó del sueño a Nuria Llagostera en solo 45 minutos. La mallorquina, que había salido de la fase previa acabó así su aventura en el Abierto de Australia, en el que ha inaugurado su participación en el Grand Slam. Muy cansada por el esfuerzo de los anteriores días (jugó tres partidos de la fase previa y dos del cuadro principal), Llagostera apenas opuso resistencia a Clijsters en el primer enfrentamiento entre ambas. Algo nerviosa también, porque era su primer partido en una de las pistas principales, la Vodafone Arena, con capacidad para 10.000 espectadores, y visiblemente tocada físicamente (se aplicó hielo en una pierna), Llagostera no pudo moverse bien durante todo el encuentro facilitando enormemente la victoria de su rival, novia del australiano Lleyton Hewitt, que acudió a presenciar el encuentro.
Clijsters, de 17 años, es una de las nuevas estrellas del circuito. Ha ganado ya tres títulos, Luxemburgo (1999) y Hobart y Leipzig (2000) y será ahora la rival de la estadounidense Lindsay Davenport, la defensora del título. Llagostera apenas tuvo oportunidades para ganar un juego, y finalmente inauguró su casillero después de perder once consecutivos (6-0 y 5-0). El público australiano premió entonces su logro con un gran aplauso. Pese a la derrota, Llagostera no se va de vacío de Melbourne. Entró en el cuadro como la 136 del mundo y se va entre las cien primeras. Además, sus victorias sobre la surafricana Joanette Kruger y la zimbabua Cara Black le han asegurado un cheque de 3'2 millones de pesetas.
La misma cifra ganó Virginia Ruano después de aguantar 55 minutos las embestidas de Capriati, semifinalista el pasado año. En el cuarto enfrentamiento entre ambas la madrileña apenas pudo oponer mayor resistencia. Virginia Ruano no fue capaz de ganar una sola vez su servicio y lo perdió seis veces.