Carlos Moyá quitó ayer dramatismo a la ruptura del tándem que durante seis años formó con Josep Perlas, noticia que anticipó este periódico en su edición de ayer. El tenista mallorquín descartó por completo que la causa de la decisión tuviera que ver con su no inclusión en el equipo que disputó la final de la Copa Davis ante Australia: «No hay ninguna relación entre una cosa y otra. Después de la Davis conversé con él porque quería que concretáramos nuestro plan de trabajo de cara a la próxima temporada. Yo necesito un entrenador con dedicación exclusiva, que pueda desplazarse tanto a Ginebra como a Palma, que son los dos lugares donde estoy cuando no me encuentro en el circuito y Perlas me dijo que él no podía estar tanto tiempo fuera de su casa. Me dio razones de índole personal y familiar, algo que comprendo perfectamente, así que ha sido una ruptura totalmente amistosa. Además nos hemos dejado la puerta abierta para que en un futuro reanudemos nuestra relación», señaló ayer Moyá, tras el encuentro del torneo de Navidad de padel que se está disputando en las instalaciones de Megasport.
El tenista mallorquín subrayó que las relaciones con Perlas siguen siendo buenas, si bien recordó que «quien ha cortado realmente ha sido él por las razones que he comentado. Ahora me encuentro en un momento de cambio y quiero pensar las cosas bien. Esto es como cuando te deja la novia, no voy a salir con la primera que pase», afirmó. Sobre este aspecto, Moyá aseguró que todavía no hay nada definitivo sobre quién será el sustituto de Perlas. Por el momento, Carlos viajará a Australia con su actual equipo, formado por los entrenadores Juan Bosch y Jofre Porta y por el preparador fisico Xim Forteza: «Lo que me hace falta es un entrenador que me conozca bien y que conozca el circuito, pero sobre todo que se pueda dedicar a mí en exclusividad, eso es algo muy importante que desgraciadamente Perlas no me podía ofrecer».
En cuanto al balance de sus seis años con Perlas, Moyá fue categórico al afirmar: «Creo que ha sido inmejorable. Llegué al número uno del mundo, he ganado un Grand Slam y torneos «Super-9», si cuando empezamos nos dicen que íbamos a lograr todo esto habríamos firmado sin dudarlo. Comencé a los dieciocho años con él y he experimentado una clara progresión, así que sólo puedo sentirme satisfecho por el trabajo que hemos realizado juntos. Espero que le vaya bien y que yo acierte con la elección de mi próximo entrenador», terminó diciendo.