Un adolescente murió y otras 35 personas, entre ellas 20 policías, sufrieron heridas de distinta gravedad durante violentos incidentes en las tribunas de los estadios de fútbol de Argentina.
El episodio más grave, donde un hincha de 17 años murió de un balazo, se registró el sábado en un encuentro entre Almirante Brown y Deportivo Morón, de las divisiones de ascenso. El partido se suspendió a los 53 minutos cuando hinchas de Deportivo Morón, que perdía 0-1, intentaron ocupar las tribunas donde estaban los simpatizantes de Almirante Brown. La policía reprimió con violencia el intento de los hinchas e, incluso, de acuerdo con testimonios que recogen los matutinos, varios agentes usaron sus armas reglamentarias, además de gases lacrimógenos y balas de goma.
El saldo de ese enfrentamiento fue de un adolescente muerto, por un balazo en el tórax, otro hombre hospitalizado en grave estado con cuatro impactos de bala, otros cinco con heridas cortantes y 14 hinchas detenidos.
En lo que va del año, cuatro personas murieron y alrededor de un centenar sufrieron heridas en los estadios de fútbol de Argentina por enfrentamientos con la policía o bien por el choque entre «barras bravas» (hinchas violentos) rivales.
A principios de 1999 un juez suspendió los torneos del ascenso ante los continuos actos violentos dentro y fuera de los estadios, pero la presión de los clubes lo forzaron al mes siguiente a levantar la prohibición.
Otro episodio de violencia se registró en el clásico entre Racing Club e Independiente de la primera división. El partido, que Independiente ganaba 2-0, fue suspendido a los 79 minutos debido a enfrentamientos en las tribunas entre hinchas y la policía, con un saldo de 29 personas heridas.