El ex campeón del mundo de los pesos pesados, Mike Tyson, venció anteayer por la noche por nocáut en el tercer asalto al polaco Andrew Golota y reivindicó su condición de máximo aspirante a una de las coronas que poseen el británico Lennox Lewis y su compatriota Evander Holyfield.
Mientras Golota, que no quiso salir en el tercer asalto y empujó al árbitro Frank Garza, confirmó una vez más su condición de boxeador conflictivo y polémico, que lo margina por completo de cualquier posibilidad de estar entre los mejores.
La reacción de Golota, que siempre fue dominado por la mayor agresividad y pegada de Tyson, lo tiró a la lona en el primer asalto con una derecha para recibir la cuenta de protección, provocó la ira entre los 16.228 espectadores que habían llegado al Palace de Auburn Hills (Michigan), donde se disputó la pelea programada a 10 asaltos, y comenzaron a tirarle todo tipo de objetos mientras se retiraba a los vestuarios protegido por la seguridad.
«Note como una visión que me llegó a la cabeza y que no me permitió seguir peleando», explicó Golota cuando le preguntaron su actitud. «No sabría explicar lo que sucedió». Su nuevo preparador Al Certo, al que no le quiso obedecer para que se pusiese el protector bucal y lo empujó cuando lo trató de llevar a su esquina, dijo que la acción de Golota no podía explicarse nada más como algo «estúpido» y sin sentido.