Once medallas, tres de oro, tres de plata y cinco de bronce, ha sido el botín conseguido en los últimos Juegos del siglo XX. España ha dado un paso atrás. Ha descendido once escalones en el medallero olímpico y ha ocupado un discreto vigésimo cuarto lugar.
El judo, el ciclismo y la gimnasia, tres disciplinas que ya dieron alegrías a España en Barcelona y Atlanta, han vuelto a ser fuente de éxitos para el deporte nacional.
Los tres deportistas que hicieron sonar el himno español en Sydney fueron la judoca Isabel Fernández, que ganó el oro en la categoría de hasta 57 kilogramos; Joan Llaneras, vencedor en la prueba de puntuación de ciclismo en pista; y el gimnasta Gervasio Deferr, que subió a lo más alto del podio en la competición de salto.
Las medallas de plata fueron para el taekwondista Gabriel Esparza en la categoría de hasta 58 kilos, el boxeador Rafael Lozano en la división de los 48 kilos y la selección de fútbol.
Bronce ganaron Margarita Fullana, en la prueba de campo a través de la competición de ciclismo de montaña; la nadadora Nina Jivanevskaia, en los 100 metros espalda; los tenistas Alex Corretja y Albert Costa, en el torneo masculino de dobles; la atleta María Vasco, en los 20 kilómetros marcha; y la selección de balonmano.
Una mención especial merece el bronce de María Vasco. La catalana dio la primera medalla olímpica de la historia al atletismo femenino español. Sobresaliente. El éxito de Vasco no sirvió, sin embargo, para paliar la oscura actuación de los hombres en el ´deporte rey´.