88 LEÓN: Ordín (14), J.González (5), Fernández (22), Wilson (12), Coleman (8) -cinco inicial- Reyes (6), Morales (17), Martín Ferrer (4), Salgado (0), L.González (0).
71 DRAC INCA:Cabral (6), Stacey (15), Villar (8), Aldama (4), Stuckey (19) -cinco inicial-, Sánchez (2), Mons (13), Montañana (0), Crespo (2), Merino (2).
ÀRBITROS: Niz y Uruñuela. Sin eliminados.
ALBERT ORFILA
El manual de Abós quedó en entredicho en León. La obsesión del aragonés por la rotación acabó generando un déficit descomunal y una derrota humillante que no refleja con fiabilidad la distancia real que existe entre uno y otro equipo. Cuando Drac Inca movió sus piezas con algo de coherencia habló a su rival con el mismo tono de voz, el problema es que cuando lo hizo ya era demasiado tarde.
Inca fue una ruina durante el primer tiempo. Porcentajes para el sonrojo y una confusión industrial en en el banquillo dejaron el partido visto para sentencia todavía con mucho camino por recorrer. Abós fue quien abrió la puerta del desastre. Desarmó a su equipo en la apertura del segundo cuarto, ordenó una zona que acabó siendo la burla de la grada y fue incapaz de reaccionar hasta que el partido estaba imposible (43-20 en el 19').
Drac Inca cerró los dos primeros cuartos con un bagaje ofensivo para la reflexión y sólo Stuckey (11 de los 25 puntos que sumó su equipo) mostró cierta clarividencia en un conjunto sin recursos en el perímetro y que se permitió la licencia de tener a Llorenç Mons olvidado en el banquillo. Fernández y Morales fueron la otra cara de la moneda. Su solvencia en el juego exterior impulsó a un León que patentó su superioridad en el segundo cuarto, justo cuando Abós desarmó a su equipo y propuso un cinco inicial (Sánchez, Merino, Cabral, Montañana y Crespo) repleto de incoherencias.