85 HUELVA: O.Rodríguez (13), Carl Thomas (20), Hall (8), Monclova (7), J.Rodríguez (5) -cinco inicial- , Hidalgo (29), Zamora (0), Montaner (3), Hidalgo (29), Pineda (0) y Ruíz (0)
75 DRAC INCA:Villar (4), Stacey (14), Cabral (16), Crespo (4), Stuckey (22) -cinco inicial-, Edu Sánchez (4), Montañana (0), Merino (5), Aldama (0), Mons (6).
ÀRBITROS: Rodríguez y Verano. Excluyeron por cinco faltas a Pineda.
ALBERT ORFILA
El reencuentro con Olmos resultó deficitario para el Drac Inca. El grupo de Abós abrió el curso con derrota y un discurso con excesivos altibajos. Humilló al Huelva en el nacimiento del encuentro, pero cambió de rostro con demasiada rapidez y acabó fulminado. Un atasco monumental en la apertura del segundo cuarto echó por tierra una apertura de partido orgiástica y resucitó al Huelva. Drac Inca superó a su rival en todas las facetas del juego y no tuvo excesivos problemas para disparar su cotización en el marcador. Los continuos cambios defensivos que expuso el cuadro andaluz durante el primer cuarto resultaron un desastre y el Inca fracturó a su rival desde dentro y fuera.
Todo cambió en el segundo cuarto. La solvencia mallorquina se tornó en espesura y un Huelva que había sido mutilado recuperó la respiración. No dió una a derechas el equipo de Abós y un par de acciones consecutivas de Juanma Rodríguez confirmaron que el partido había cambiado de manos. Inca se fue al descanso seis puntos arriba (33-39), un mal menor en función de las prestaciones que había ofrecido.
Drac Inca ratificó su descomposición tras abandonar el vestuario. Huelva encontró a Pichi Hidalgo y Carl Thomas y en un suspiro volteó el marcador (45-39). La cita había dado un giro de ciento ochenta grados. En pleno hundimiento, Cabral fue quien sostuvo al Inca. Abós buscó soluciones moviendo el banquillo, pero casi nada surtió efecto. La irrupción de Mons otorgó más capacidad de amenaza al perímetro inquense, pero sus intentos de enmienda siempre se quedaron a medias, entre otras cosas porque el Huelva tuvo capacidad de respuesta y porque los tiros ganadores del Inca nunca entraron.