Se repite la historia. Si Cúper decidió abandonar el Mallorca ante la frialdad mantenida por Antonio Asensio durante la negociación de su renovación que terminó con el argentino en el Valencia, ahora en el «caso Alemany» ocurre prácticamente lo mismo. De nuevo el comportamiento distante del propietario, en esta ocasión con Alemany, debido a la oferta del Madrid, ha desembocado en que las relaciones entre ambos no pasen por su mejor momento.
Otro de los ejemplos que dejan clara la personalidad del máximo accionista y de sus cualidades empresariales es la importancia que le da a los acuerdos preestablecidos "caso Griguol" cuando después de un estrechón de manos tuvo que despedirlo debido a que el técnico había introducido variantes en el contrato antes de que este se firmara. La filosofía de Asensio indica que sus hombres de confianza lo son para toda la vida y que estos están por encima de ofertas y de propuestas llegadas desde el exterior.
En el caso de Héctor Cúper, Asensio dejó pasar el tiempo seguro de que el argentino continuaría en la Isla pero el técnico harto de esperar y no recibir ninguna noticia concreta dio orden a sus agentes de que empezaran a negociar con el Valencia. Este hecho si cabe enfureció más al empresario que, al final, nada quiso hacer nada para intentar que el preparador de Chabas continuase al frente del equipo bermellón.
Alemany, tras recibir la millonaria oferta del Madrid, se lo hizo saber a su jefe y este reaccionó de la misma forma que en las anteriores ocasiones tanto con Cúper como con Griguol. A raíz de este ofrecimiento realizado por Florentino Pérez, el consejero delegado a propuesto varios encuentros con el propietario para tratar la cuestión, hasta el punto de abandonar la Isla y viajar hasta Estados Unidos, donde permanecía en tratamiento médico, pero el empresario fue tajante y a través del teléfono le manifestó que no había nada de que hablar.