CARLOS MARTÍNEZ
Aragonés alza la voz. La abultada derrota del Mallorca en su
estreno balear (0-4) exaspera el talante ganador del veterano
técnico rojillo que se olvida del marcador y muestra su lado más
crítico hacia la actitud del equipo.
El entrenador bermellón se mostró tranquilo ante la derrota pero no escondió su enfado porque «la actitud del equipo no me gustó. Se bajaron los brazos demasiado pronto y eso no lo puedo admitir en mi equipo». La libreta del míster rojillo está cerrada al conformismo y posiblemente la goleada de ayer sirva para poner en alerta ciertas poses de acomodamiento en el seno de la plantilla. Está claro que el de Hortaleza quiere un conjunto donde los once futbolistas formen un bloque, sin excepciones, que se aplique de manera envidiable en tareas de recuperación y que no eluda responsabilidades a la hora de atacar.
Es el plano defensivo el que más preocupa a Luis Aragonés, que afirmó tras el partido que «debemos corregir algunas cosas. Es evidente que en el aspecto defensivo dimos unas facilidades imperdonables». Con un sistema tejido alrededor de una presión asfixiante, queda patente que hasta que el nivel físico del equipo no sea el adecuado los errores defensivos serán el talón de Aquiles de un conjunto que mira a la liga y que todavía está por hacer. Sabedor de que su trabajo está enfocado a partidos aún por llegar, el entrenador del Mallorca no cerró la puerta al optimismo y aunque reconoció que el equipo arrojó la toalla demasiado pronto, afirmó que «en el primer tiempo el equipo no me ha desagradado, pero el segundo no fue nada bueno. De todas maneras, estamos en proceso de adaptación, hay mucho tiempo y no hay que preocuparse por un partido que es de preparación».