Día de sobresaltos, decepciones y una alegría real. La primera jornada de la decimonovena edición de la Copa del Rey de vela ha respondido a las espectativas creadas en lo que al espectáculo e igualdad se refiere, pero ha deparado más incidentes de los previstos.
Mal comenzó la regata para el «Banco Espíritu Santo», el barco que el año pasado ganó la Copa del Rey. La embarcación que patronea José Luis Doreste veía como al comienzo de la primera barlovento-sotavento se le rompía el timón, investía el «Terra Mítica» y tenía que retirarse al sufrir su casco importantes daños. No fue el único incidente del día ya que la jornada dió mucho de sí. El «Viking V» y el «Y 2K» también chocaban. El resultado fue que el primero vio como el tercio superior del palo quedaba destrozado. «Camper» también fue abordado por el «Siemens» y el «UKA UKA I» y el «Viking II» se golpearon. Otro de los veleros con problemas fue el «Tau Cerámica» al que se le rompió la burda.
Muchos fueron los patrones españoles que llegaron al Club Naútico decepcionados, pero el Rey mostraba una inmensa alegría. No era para menos. Tras una semana en la que se decía que era el gran favorito y que contaba con el mejor barco, todo lo que no fuera ganar hubiera sonado a derrota. El «Bribón» supo aguantar la tensión y lidera la clasificación general tras la disputa de las dos primeras regatas. Otro de los barcos que está de enhorabuena es el «Antena 3-Loewe». El velero que patronea Tito Galnares es el primer clasificado en el grupo B y cuenta con tres puntos de ventaja sobre su más inmediato perseguidor, el «Telefónica-MoviStar» de Pedro Campos.