El Real Mallorca puso ayer punto y final al stage efectuado en Austria y a las siete de la tarde el avión que desplazó al grueso de la expedición aterrizó en Son Sant Joan. Luis Aragonés y Diego Tristán fueron los principales centros de atención. El sevillano sabe que el Mallorca sigue esperando que por él llegue una buena oferta pero Diego tiene la mente puesta en la Isla y asimila con gratitud que de quedarse en el Mallorca, lo hará encantado.
Por su parte Aragonés hizo un balance de los quince días que el equipo ha estado concentrado en Kössen. El sabio manifestó que «hemos sumado cantidad de trabajo, la predisposición del equipo ha sido muy buena. Los partidos han sido muy seguidos y positivamente en todos a excepción del último donde nos faltó agresividad. Estoy contento del comportamiento de los jugadores, hay una buena caseta y esto de cara al futuro es muy importante», manifestó Luis.
Respecto a los conceptos básicos de presión y contragolpe que tiene que aprender el equipo, Aragonés señaló: «La presión se hace muy bien, sobretodo en bandas, no hay tiempo para hacerla en el centro, ahí es más complicada y más difícil. Nos falta la punta de velocidad para salir más rápidos a la contra, habrá partidos en casa donde no podremos jugar a la contra y hay que jugar arriba, eso también lo trabajado», dijo.