Carlos Àngel Roa cumplió con los mandamientos de la Iglesia Adventista, a la que pertenece, y ayer sábado no trabajó. Esta religión indica que el sábado se debe descansar y ayer Roa no entrenó por la mañana con el resto de sus compañeros y tampoco participó en el partido amistoso que disputó el Real Mallorca frente al Hamburgo.
El «Lechuga» sin embargo se levantó junto al resto de sus compañeros, desayunó y estuvo presente en el campo donde entrenaban el resto de jugadores, aunque sin participar en la sesión preparatoria. Roa vio la primera parte del entrenamiento sentado en el banquillo charlando con el fisioterapeuta, Joan Antoni Martorell, y con los encargados de material, César Mota y Luis Martín. Después se situó tras la portería, donde Leo Franco y Miki estaban parando y siguió de cerca las evoluciones de los dos porteros. Vestido con pantalón negro y jersey rojo, el lechuga vio terminar la sesión sentado en el centro del campo donde departió por espacio de unos minutos con su gran amigo Vicente Engonga.
El entrenador mallorquinista no puso ningún impedimento a que Roa no entrenase. Como ya dijo en su día, respeta mucho las creencias del arquero y permite al futbolista no entrenar los sábados, como ocurrió sin ir más lejos en la jornada de ayer. Incluso ya al término de la sesión, Luis estuvo unos momentos con Carlos y le comentó: «Carlos, no te preocupes, si quieres irte al hotel te puedes ir, no hay problema», a lo que Roa respondió. «No se preocupe míster, todo está bien». Carlos y el Mallorca han llegado al acuerdo de que el portero no entrenará los sábados, pero podrá jugar ya que, tras la puesta de sol, no hay inconveniente en poder jugar.