MIGUEL LUENGO - LONDRES
El estadounidense Pete Sampras sumó su séptimo título en Wimbledon
para lograr el decimotercero individual del Grand Slam en su
carrera, y convertirse así en el mejor jugador en la historia.
Sampras derrotó al australiano Patrick Rafter por 6-7 (10-12), 7-6 (7-5), 6-4 y 6-2, en dos horas y 58 minutos, en un partido que a punto estuvo de no acabar el domingo, por las dos interrupciones por lluvia y por falta de luz después. Pero el americano logró activar sus músculos a una velocidad superior para acabar a tiempo y no retrasar más su cita con la historia: deshacer la igualdad con 12 grandes que mantenía desde hace un año con el australiano Roy Emerson.
El estadounidense sufrió más de lo debido en el decimocuarto enfrentamiento entre ambos. Tuvo Sampras dos bolas de set en el primer desempate de la tarde pero las perdió y terminó entregando este juego corto con su quinta doble falta, de las 12 que cometió durante el duelo. El segundo set también se decidió en el desempate, porque Rafter no daba su brazo a torcer y levantaba los puntos de ruptura con feroces ataques en la red. En este juego corto, Sampras estuvo abajo 4-1 y servicio del «aussie», pero en una magnífica recuperación ganó cinco puntos seguidos para hacerse luego con este pequeño parcial por 7-5. Ahí estuvo la clave del partido y la victoria que «Skunky» rozó con los dedos.