MIGUEL LUENGO - LONDRES
La estadounidense Venus Williams conquistó el primer Grand Slam de
su carrera al vencer en un partido, en el que el servicio apenas
sirvió de nada, a su compatriota Lindsay Davenport por 6-3 y 7-6
(7-3). Venus, finalista del US Open en 1997, se hizo con su primer
grande, el 29 de su carrera, en una hora y 23 minutos de juego
soporífero, pero que sirvió para que después de 42 años de espera,
con Althea Gibson entonces, una jugadora negra conquistase el
torneo individual en el All England Tennis Club.
El encuentro no se respondió a la expectación levantada. Davenport, que ganó el torneo el pasado año, no estuvo esta vez a la altura, y la octava final americana de la historia no respondió a la calidad que se le exigía. Fue una continua lucha por mantener el servicio, casi siempre con resultados negativos, porque en total se produjeron 11 rupturas, seis a favor de Venus, con 12 faltas, siete cometidas por la jugadora de color. Venus ganó el primer set en 32 minutos, al confirmar su tercera oportunidad y después de haber tomado ventaja al robar el saque de Davenport en el cuarto juego (3-1). Pero el segundo fue un continuo despropósito de ambas para mantener su servicio.
La defensora del título, campeona de los JJ.OO. de Atlanta, tomó ventaja en el segundo (2-0) y llegó incluso a sacar con 3-1 arriba, pero no era su día. Venus, con potentes golpes de fondo, ganó tres juegos consecutivos para adelantarse 4-3, y de nuevo se produjeron otra vez los robos de servicio, con otras tres rupturas. El desempate debía hacer justicia y ahí Venus estuvo más segura, más coherente con su juego desde la línea de servicio al mandar primero 4-1 y luego 5-2. Davenport salvó el primer «match point» con un ajustado saque a la cruceta pero luego falló una volea en el segundo.