Miles de aficionados acudieron a la plaza de la Concordia de París para aclamar a la selección francesa por su triunfo frente a Italia en la final de la Eurocopa 2000 y revivir así la emoción de su victoria en el último Mundial de Fútbol. Unas 35.000 personas, según la prefectura de policía de París, acudieron a la céntrica plaza parisiense en la que desembocan los Campos Elíseos a contemplar cómo los 22 miembros del equipo de Francia alzaban uno a uno el deseado trofeo.
Ya en París, sus seguidores repitieron los eslóganes que se hicieron famosos en julio de 1998 cuando Francia se alzó, contra todo pronóstico inicial, con la Copa del Mundo de Fútbol tras vencer a Brasil y el país adoptó el fútbol como el deporte nacional junto al rugby. Los más osados y previsores llegaron a la Concordia horas antes de que comenzara la fiesta y se encaramaron a las imponentes estatuas y farolas de la plaza para poder ver desde allí a sus ídolos levantar el trofeo bajo una gigantesca camiseta azul con el escudo de la Federación Francesa de Fútbol y los colores nacionales.
El delantero Zinedine Zidane fue uno de los más aclamados, pero las bocinas y los griteríos acompañaron a cada jugador que se asomó al balcón del hotel Crillon, en el que tuvo lugar el festejo. También las esposas y novias de los campeones tuvieron un lugar estrella en el festejo. Entre ellas, destacaron con la copa en alto la top-model Adriana Karembeu y la actriz francesa Agathe de la Fontaine, quien contrajo matrimonio civil con el defensa Emmanuel Petit. El delantero Yuri Djorkaeff fue el primero que salió al balcón mientras que el capitán del equipo, Didier Deschamps, tuvo el privilegio de levantar la copa que luego alzaron todos sus compañeros y el seleccionador nacional, Roger Lemerre. Muchos de los integrantes del equipo lucían camisetas blancas con la palabra «gracias», en honor a la multitud allí presente.