El FC Barcelona, prácticamente descartado de la lucha por la Liga española y con pie y medio fuera de la Copa del Rey, se jugará a cara o cruz ante el Chelsea inglés en la Liga de Campeones buena parte de las opciones que le quedan de salvar la temporada. El equipo azulgrana deberá para ello remontar un 3-1 adverso del partido de ida disputado en Londres, pero, sobre todo, resucitar y salir de la tumba en que se ha visto inmerso de repente, tras perder arrolladoramente los últimos cuatro partidos, en los que ha encajado 12 goles (3 en cada partido) y marcado sólo uno, una estadística demasiado pobre.
El partido ante el Chelsea llega en el peor momento de la temporada y, quizás, desde que Louis van Gaal se hizo cargo del equipo hace tres años, pero el Barcelona ha sabido levantarse en otras ocasiones en que estaba prácticamente «noqueado» y espera aprovecharse ahora de la «magia» del Camp Nou a la que apelaba hace unos días el vicepresidente azulgrana Joan Gaspart.
Pese a los últimos malos resultados, el público del Camp Nou estará sin duda al lado del equipo, al menos al principio del partido, en la competición más deseada por los aficionados, y la directiva ha preparado además un despliegue técnico (vídeos y megafonía) para garantizar que el coliseo barcelonista atemorice más que nunca a sus rivales.
El entrenador barcelonista, Louis van Gaal, facilitó una lista de 18 convocados para el partido contra el Chelsea, en la que destaca el regreso de Patrick Kluivert, ausente en el último partido contra el Oviedo, castigado por unas declaraciones en las que se mostraba crítico con el técnico. El que ha pagado los «platos rotos» de la última derrota por 3-0 en Oviedo ha sido, sin embargo, el central francés Fredéric Dehu, que ha pasado de ser titular a quedarse, por razones tácticas, fuera de una convocatoria en la que tampoco están, en este caso, por lesión, Winston Bogarde, Luis Enrique Martínez y Ronald de Boer.