Los ecos de la histórica victoria conseguida por el Mallorca en Barcelona todavía no se han apagado. La actuación del equipo balear sigue siendo el principal motivo de tertulia en la Isla mientras que en Barcelona, el paso del equipo balear abrió una crisis total en el seno del vestuario culé.
Pocas veces una victoria tiene tan magna repercusión. Los de Vázquez doblegaron a uno de los mejores equipos del mundo hasta el límite de humillarle, explosionaron la Liga, se acercaron más a la permanencia, sembraron de dudas al entorno azulgrana y, por si fuera poco, los goles de Eto'o y Carreras silenciaron un estadio que se quedo semi vacío como señal de protesta.
La totalidad de los futbolistas se llevaron los honores y, entre ellos, Lluís Carreras brilló con luz propia al igual que su compañero camerunés. El catalán llevaba dos partidos sin entrar en la lista y el sábado Vázquez le confirmó de nuevo en la convocatoria. El interior saltó en la segunda parte, cuajó una buena actuación y tuvo la oportunidad de redondear su regreso al equipo materializando el tercer tanto. Más no se puede pedir. «Personalmente estoy muy contento con la actuación que tuve en Barcelona. Me vino fenomenal el partido del domingo y quieras o no después de un encuentro como ese ganas en confianza y en motivación. Necesitaba un partido así», señaló el futbolista. El Mallorca aumentó su crédito en la Liga y cerró una crisis de resultados que le habían llevado a rozar con peligro las zonas bajas de la clasificación.