Esta vez Frank de Boer no tuvo nada que ver, pero es obvio que los enfrentamientos con el Barça dejan huella. El pasado domingo, Miquel Àngel Nadal tomó el relevo a Jovan Stankovic en el capítulo de bajas que está registrando el Mallorca esta temporada en sus choques contra el aspirante al título. El manacorí había acudido al Camp Nou para saludar a su ex entorno y lo único que cosechó fue una despedida prácticamente definitiva de lo que queda de liga a causa de un neumotórax. El central mallorquinista deberá disminuir notablemente la intensidad de su trabajo y, en un futuro, afrontar la decisión de entrar o no en el quirófano ya que la estadística no invita precisamente a pasar página: alrededor del cincuenta por ciento de las personas que sufren esta dolencia vuelven a repetirla en el futuro. Eliminar ese riesgo pasa por someterse a una intervención llamada pleurodesis consistente en la sujección con cola biológica de las partes externa e interna de la pleura a fin de evitar que la cavidad pleural vuelva a llenarse de aire u otra sustancia.
Según afirmó ayer a este periódico Felip Nicolau, neumólogo de la Policlínica Miramar, este tipo de operaciones no suelen recomendarse salvo en episodios graves: «Nadal tendrá que escoger entre esta operación o asumir el riesgo de un nuevo neumotórax. No es habitual practicar una intervención en casos como el suyo, pero él deberá valorar cómo asimila desde el punto de vista psicológico la posibilidad de que vuelva a tenerlo. El único modo de asegurarse es operando pero esto también tiene sus inconvenientes ya que poner una cola en la pleura siempre implica una cierta disminución de su capacidad pulmonar. Como digo, la decisión es sólo del jugador», afirmó Nicolau.