De mal en peor. El Real Mallorca ha entrado en un importante bache de juego y resultados que le ha llevado a situarse en los lugares peligrosos de la clasificación. Unos puestos que le llevan a estar más pendiente de lo que pasa en la zona baja de la tabla que de lo que acontece en la parte alta.
La impotencia ofensiva, la falta de creación en la zona ancha y las nulas alternativas técnicas han convertido al Real Mallorca en un equipo pobre en recursos y cuya crisis se acrecenta con el paso de las jornadas.
Tras la bonanza que tuvo lugar en la mitad del campeonato, este último mes ha sido decepcionante. Apeados de Europa y tremendamente irregulares en la Liga, los hombres de Vázquez no terminan de encontrar la fórmula que les permita estabilizarse y ser el equipo que tan brillantemente eliminó al Ajax, ganó al Barça y convirtió Son Moix en todo un fortín.
En casa el equipo balear se ha vuelto vulnerable y, siguiendo la tónica de casi toda la temporada, cuando juega lejos de la Vía de Cintura los contrarios no perdonan y de ahí que en toda la Liga sólo haya conseguido seis puntos a domicilio. En su feudo la situación también se ha vuelto dramática por momentos. Al margen de la victoria justa y merecida contra el Mónaco, donde los de Vázquez vapulearon a su rival, el Mallorca se mostró inoperante frente a un Zaragoza que jugaba con nueve y perdió también ante el Racing de Santander. Los rojillos tienen bastantes puntos débiles que deben corregirse de inmediato para evitar caer en el pozo de la tabla y aumentar el nerviosismo en el entorno.
A todo esto hay que unir el calendario complicado que tiene que afrontar el conjunto balear. Sin ir más lejos el domingo visita Son Moix el Espanyol de Barcelona en lo que puede ser el último partido de Vázquez en el banquillo mallorquinista de no conseguir la victoria. Las últimas cuatro salidas son también muy complicadas ya que tiene que rendir visita al Camp Nou y desplazarse también a Oviedo, Sevilla y Valladolid. Sin ser un calendario terriblemente complicado, sí lo es para un equipo que está exhibiendo una flojera importante y que se muestra vulnerable.