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Crónica del Mallorca B

El filial logra puntuar en Terrassa y suma la octava jornada sin conocer la derrota

El conjunto de Juan Ramón López fue muy superior y mereció más premio

0 TERRASSA: Miguel Angel (2), Garagarza (2), Caneda (1), Salas (2), Vacas (1), Pedro Riesco (1), Preciado (1), Vilaseca (1), Tobe (1), Arellano (1) y Christiansen (1).
Cambios: Manolo (1) por Pedro Riesco, Capó (-) por Preciado.
0 MALLORCA B: Miki (2), Buades (2), Rubiales (2), Romerito (2), Cámara (1), Benjamín (2), Novo (1), Jonathan (2), Chando (1), Cordero (1) y Jesús Perera (2).
Cambios: Carlos (-) por Jonathan, Alyson (1) por Chando y Vinuesa (-) por Jesús.
ÀRBITRO: Oscar Gauna (Colegio Vasco). Amarillas a los locales Garagarza, Vacas (2A, 82*), Pedro Riesco, Vilaseca y a los visitantes Tobe, Rubiales, Cámara, Jonathan, Cordero, Alyson y Juan Ramón López (entrenador del Mallorca B).
LO MEJOR: El filial
LO PEOR: El juego

JOSEP CALDALSO
El Mallorca B arrancó un punto de oro de Terrassa y mantiene su buena racha de resultados que le ha llevado a no perder en los últimos ocho partidos de Liga. El enfrentamiento fue muy soso, con mucho juego en el centro del campo y con escasez de oportunidades por lo que los dos porteros fueron meros espectadores. En los primeros 25 minutos de la primera parte, el Mallorca B fue el que llevó la batuta del partido y fue muy superior a su rival.

Controló la posesión de la pelota aunque le faltó definir en los últimos metros donde los mallorquinistas acusaron la ausencia de su goleador Da Mota. A partir de la media hora, el conjunto egarense equilibró la balanza e intentó crear ocasiones de gol pero en todas la defensa bermellona se mantuvo sobria y no dio ningún tipo de facilidad a los delanteros locales, que no tuvieron una tarde muy lúcida. Cabe destacar una única oportunidad por ambos conjuntos y fue para el Terrassa.

A falta de un minuto para la conclusión de la primera mitad, un remate de Preciado en plancha se estrelló al palo con Miki ya batido. La segunda mitad fue un calco de la primera. Los dos equipos se dedicaron a controlar el centro del campo más que crear oportunidades de gol lo que arrancó del público bostezos ante la poca calidad.

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