El Real Zaragoza se impuso al Real Mallorca en un partido que tuvo dos partes muy diferenciadas, una hasta la expulsión del meta visitante Burgos y el penalti cometido por éste, que abrió el camino del triunfo al conjunto local, y otra a partir de ese momento. El partido, con el Mallorca con diez hombres, estuvo igualado pero cuando Burgos cometió penalti sobre Milosevic y fue expulsado, en el minuto 50, el conjunto maño aprovechó su superioridad frente a un conjunto foráneo que nunca le volvió la cara al partido y que arriesgó en busca de un resultado mejor, a pesar de su inferioridad en el marcador y sobre el césped.
En la primera mitad el Real Zaragoza se atascó en el entramado defensivo del equipo de Fernando Vázquez, muy bien posicionado sobre el césped y que cerró bien los espacios libres. Por contra, el Real Mallorca dio sensación de peligro de manera constante porque supo salir con velocidad al contragolpe aprovechando las pérdidas de balón zaragocistas, aunque le faltó saber culminarlos.
A los cinco minutos de reiniciado el juego llegó el penalti del cancerbero foráneo, Burgos, sobre Milosevic, que le supuso la expulsión y que fue transformado por el yugoslavo. Ocho minutos después, el yugoslavo mostró su olfato de gol al aprovechar un rechace del poste, en una falta sacada por el paraguayo «Toro» Acuña, para marcar su segundo gol y sentenciar la contienda que tuvo la guinda con el 3-0 logrado por Acuña un minuto antes del fin del encuentro.