Ya está aquí. Miguel Àngel Nadal ha vuelto a casa. Ocho años después, el futbolista nacido en Manacor regresa a un Mallorca que también se ha hecho grande. Atrás quedan un buen puñado de temporadas de vino y rosas en el FC Barcelona y unas complejas negociaciones que vivieron su último capítulo en el Instituto de Mediación, Arbitraje y Conciliación (IMAC) de la ciudad Condal, escenario de la rescisión de su contrato con el club azulgrana. Horas después, Nadal se desplazó a la Isla para rubricar la apertura de su segunda etapa en el Real Mallorca.
Nadal dispone en estos momentos de la carta de libertad, aunque ha asumido unos compromisos, según informó Leopoldo Hijos, el abogado barcelonista que acudió a la reunión con el jugador y su representante, que incluyen la imposibilidad de firmar en el futuro por determinados equipos "presumiblemente, el Real Madrid. Hinjos de todos modos no quiso desvelar el contenido de estas cláusulas y aseguró que el defensa había asumido esas limitaciones por voluntad propia como muestra de los vínculos que ha contraído con el Barcelona a lo largo de las últimas ocho temporadas.
Miquel Àngel Nadal explicó que si la reunión en el IMAC con el abogado y con el gerente barcelonista, Jaume Parés, se había prolongado durante casi dos horas fue debido a que «había que arreglar todavía unos problemas del despido, pero al final se han resuelto».
Nadal expresó su tristeza por abandonar el Barcelona, al que agradeció el esfuerzo que ha realizado para permitirle fichar por el Mallorca, pero también aireó su alegría por incorporarse a la entidad en la que se formó y que «está arriba en estos momentos».