Femenías cierra la verja. El experimentado delantero ha decidido echar la persiana, finiquitar su ciclo en Manacor y despedirse del fútbol balear. Tras años como referencia en la tabla de goleadores y después de ser inquilino del área durante un buen puñado de temporadas, Gabriel Femenías abandona el balompié por problemas laborales. El club que le vio emerger le rendirá un homenaje a principio del próximo curso, coincidiendo con la inauguración de la nueva superficie de hierba natural con la que contará Na Capellera.
La entidad de Llevant ha sido su segunda casa. Militó en el Manacor durante su etapa como conjunto de Segunda B y tan sólo alteró su carrera de campañas como rojiblanco para trasladarse hasta Campos. Allí jugó durante un año a las órdenes de Pep Sansó, pero regresó a la entidad de Joan Caldentey para acabar su trayectoria e incrustarse en el proyecto de un Manacor que sigue creciendo. La plantilla ya le ha rendido tributo y asegura el máximo mandatario del club que «se volcarán en el homenaje a un jugador que ha sido todo un ejemplo». Tuvo como principal compañero de viaje a Nofre Riera, pero el pequeño atacante acabó hastiado de no recibir ayuda y se marchó a Vilafranca.
Manacor y Biel Femenías han seguido siempre vidas paralelas. El atacante ocupará un espacio importante en la historia de un club y una categoría que se ha rendido a su instinto goleador, su rapidez mental, su oportunismo y su profesionalidad. Deja atrás una enorme ristra de goles y esa sensación de simplificar como nadie la tarea más complicada del fútbol: marcar.