Sólo eran cuatro centímetros pero amenazaron con producir un socavón. Los instaladores del césped de Son Moix paralizaron el proceso de colocación de los tepes de hierba al detectar un desnivel entre el campo de fútbol y la pista de atletismo que comprometía seriamente la homologación por parte de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF). El percance suscitó reacciones contrapuestas a lo largo del día. Mientras el presidente de la Federación Balear de Atletismo, Miguel Nadal, achacaba lo ocurrido a una falta de planificación, el concejal de Urbanisme, Carlos Ripoll, aseguraba que el problema era mínimo. «La anomalía se ha producido solamente en la parte donde se juntan las medias lunas de la pista de atletismo y el campo de fútbol. Lo hemos detectado nosotros mismos cuando apenas se habían empezado a poner tepes, así que esto se arregla en media hora», afirmó a este periódico el regidor.
Según Ripoll, el único defecto radicaba en que el desnivel podía entorpecer el desarrollo de disciplinas como el lanzamiento de jabalina, donde los atletas inician la actividad sobre la pista pero la terminan pisando la hierba. «Con un desnivel así, el deportista puede tener la sensación de tropezarse pero ya digo que esto se subsana sin problemas elevando la hierba con más tepes o colocando arena».