JENARO LORENTE
(MADONNA DI CAMPIGLIO)
Marco Pantani logró su cuarta victoria en el Giro de Italia y
segunda consecutiva en una nueva demostración de su absoluta
superioridad, asumida por todos sus rivales, a los que volvió a
humillar en el último tramo de la vigésima etapa, que partió de
Predazzo y llegó a Madonna Di Campiglio (172 kms).
La ambición de Pantani no parece tener límites y está claro que este Giro es suyo. Al italiano no le basta con tener el primer puesto de la clasificación general en el bolsillo, sino que, además, somete a sus rivales a severas humillaciones.
El líder indiscutible del Giro de Italia concedió un rayo de esperanza a sus rivales al declarar tras su victoria en la jornada del jueves en Alpe de Pampeago que no gastaría sus fuerzas en Madonna y que se reservaría para la jornada del temido Mortirolo. Ese anuncio hizo frotarse las manos al resto, que lucharía por una importante victoria en una jornada de montaña. Podía llegar la ocasión para Hernán Buenahora, «Chepe» González o Roberto Heras, pero el corredor de Mercatone decidió a última hora apuntarse una nueva victoria y dejó a todos con la miel en los labios. En la subida a Madonna Di Campiglio cinco hombres iban por delante de Pantani. Richard, De Paoli, Arrieta, Buenahora y Piccoli estaban dando un tono diferente a la jornada, mientras Pantani circulaba por detrás con un grupo de unos 25 corredores.
Pero a unos cinco kilómetros de la meta se repitió la historia. Pantani se lo pensó mejor y se fue a por la victoria con una facilidad asombrosa. La «moto» de Pantani enfiló en solitario los últimos kilómetros hasta llegar a la meta de nuevo victorioso. La superioridad del mejor escalador del mundo fue de nuevo abrumadora. Al resto no le queda más opción que plegarse a los deseos del italiano, con el segundo puesto como máximo objetivo.