FRANCISCO ÀVILA
2 MANCHESTER: Schemeichel; G. Neville, Stam, Johnsen, Irwin, Giggs,
Beckham, Butt, Blomqvist, Cole y Yorke.
Cambios: Scheringham por Blomqvist y Solskjaer por Cole.
1 BAYERN MUNICH: Kahn; Babbel, Linke, Mattheus (Fink, m.78),
Kuffour, Basler, Effenberg, Jeremies, Tarnat, Zickler y
Jancker.
Cambiosd: Salihamidzic por Basler y Scholl por Zickler.
M ARBITRO: Pierluigi Collina (ITA), asistido por
sus compatriotas Gennaro Mazzei y Claudio Puglisi. Tarjeta amarilla
para Effenberg (m.59).
M GOLES:
Minuto 6, Mario Basler lanza con maestría un tiro directo a dos
metros del área grande, 0-1.
Minuto 91, Sheringham aprovecha un balón suelto en el área pequeña,
1-1.
Minuto 93, Solsjkaer a bocajarro y a la salida de un córner,
1-2.
El Manchester United demostró en el Camp Nou la grandeza del
fútbol: en dos minutos, los que van del 91 al 93, dio la vuelta al
partido y se hizo con una victoria que nadie siquiera soñaba ante
la estupefacción del Bayern de Munich, un equipo que dominó desde
el minuto 5 y que encajó la derrota más amarga de su historia.
La historia del partido se resumió en 120 segundos. Teddy Sheringham y el noruego Ole Gunnar Solskjaer, que entraron como suplentes, marcaron en los minutos 91 y en el 93 y acabaron de un plumazo con la fiesta alemana que se vivía desde muchos minutos antes en la grada.
La final, la más emocionante de la historia de la máxima competición continental, ha coronado en Europa al Manchester United por segunda vez en su historia, un título que el club dedicará seguramente a la memoria de Matt Busby, el entrenador que llevó al equipo de Old Trafford a su primera Copa de Europa y que hubiera cumplido noventa años.
Hasta el minuto 90, la figura del partido fue Mario Basler. «Super Mario» como le conocen los hinchas del Bayern marcó en la primera aproximación sobre el área de Peter Schmeichel tras un lanzamiento de falta directa a los cinco minutos.
Basler mimó el balón, vio la posición de la barrera y de Schmeichel y clavó el esférico. La mitad del estadio estalló, la otra enmudeció y los bávaros fueron dueños del partido durante un cuarto de hora. Al Manchester le costó reaccionar, porque al equipo de Alex Ferguson le pesó mucho las bajas de Paul Scholes y del irlandés Roy Keane. Todo ello influyó en que David Beckham ocupó una plaza no habitual en la medular y su equipo lo notó.