Gesa vela armas y observa el reloj expectante. El grupo de Ballester está ante su gran oportunidad. De hecho, esta noche enfilará el trayecto más importante de la temporada. Atrás queda un trayecto marcado por la placidez y la falta de agobios relevantes. El equipo de Alcúdia ha vuelto a pasear una superioridad casi insultante en la competición doméstica, pero ahora todo es distinto. Todo el curso está en juego y en apenas cinco días dará forma a su gran objetivo "ascender a Liga EBA" o pasará otra página carente de logros. Esta vez no hay medias tintas. Su primer obstáculo es el Santurtzi.
«Me parece que todo el mundo lo tiene muy claro. Nuestro gran reto es jugar la final y lograr una de las dos plazas de ascenso. No hacerlo sería fracasar. El equipo está concienciado y estoy convencido de que tenemos armas para lograrlo», asegura sin rodeos Miquel Ballester. El discurso del técnico del Gesa delata el tratado de intenciones que se maneja en Alcúdia desde que se confirmó la concesión de la fase de ascenso. «Está claro que ahora todo es diferente. Jugamos en casa y es un factor que debemos rentabilizar. El club ha hecho un esfuerzo importante para hacer realidad el objetivo del ascenso y no queremos fallar "añade el preparador. Todos tenemos claro que no será fácil y que hay que ir partido a partido, aunque veo a la gente muy concienciada y convencida de sus posibilidades».