Bàsquet Inca se tambalea. Las dudas sacuden al abanderado del baloncesto mallorquín, que vuelve a estar metido en arenas movedizas. Las secuencias no son nuevas sino la continuidad de un problema casi eterno, aunque en esta ocasión Joan Rubert parece haberse quedado solo en su intento por lograr viabilidad económica. El club ha entrado en cuenta atrás "este mes expira el plazo para definir su continuidad en la Liga LEB" huérfano de soluciones y su presidente no ha dudado en activar la alarma en busca de una sensibilidad que dice no detectar. «Me parece que estamos muriendo en silencio y la verdad es que no me parece justo», ha subrayado durante las últimas horas el hombre que desde hace varias semanas parece dar vueltas y más vueltas en un laberinto.
El planteamiento del Bàsquet Inca es claro. Harto de abanderar proyectos predestinados al fracaso casi desde un principio, el club ha optado por prescindir de los sufrimientos que implica competir con un presupuesto austero y gestar un plan ambicioso. Su principal problema es que no hay término medio ni contempla medidas tintas. Rubert considera que el Bàsquet Inca ha cumplido un ciclo y que ha madurado metido en las mazmorras. Ha llegado el momento de crecer o liquidar el negocio y cerrar la puerta con llave. El argumento que empuja a ello es claro. «Tres años perdiendo partidos y más partidos son demasiados "explica un abatido Rubert. Llega un momento en que tienes que cambiar tu planteamiento y apostar por dar un salto cualitativo. Está claro que a veces te gastas cien millones y no estás arriba, pero lo que tengo muy claro es que es más fácil competir con los mejores si tienes dinero que sino lo tienes. Durante las últimas temporadas nuestro club se ha asociado a la derrota y este cartel ha tenido un influjo especialmente negativo en todos los estamentos de la entidad. Perder por costumbre es muy duro, la gente se quema, se agota y la única medicina es recuperar la ilusión. ¿Cómo se hace?. Volviendo a ganar, no conozco otra solución y para ello también está claro lo que hace falta».