Algo más de un millar de personas se encargaron de recordar al grupo de Cúper que no se ha quedado a medias y que sólo uno de esos factores ingobernables le ha privado de inscribir su nombre antes que el de la Lazio. El Mallorca cumplió el trayecto de regreso sin ocultar su rostro perdedor, pero su hinchada encontró la medicina adecuada y la esparció por una de las viejas terminales de Son Sant Joan. El guión de la bienvenida guardó un buen puñado de similitudes con el interpretado en abril del 98. En aquella ocasión, Mestalla proyecto a toda una pléyade de héroes y Birmingham los ha forjado. La historia parece burlarse del Mallorca año tras año justo en el momento que acaricia la gloria, pero su entorno replica siempre con un discurso ganador.
Pocos minutos después de pisar Palma, Cúper volvió a escuchar la unánime petición de la afición "«Cúper no te vayas, Cúper quédate»" y su corazón se puso blando; los futbolistas oyeron como sus nombres eran coreados y el presidente Reynés puso su grano de arena al festejo de un subcampeonato continental al recordar desde un improvisado escenario que el objetivo del equipo pasa ahora por lograr una plaza para la Champions League.
«Agradezco todo el apoyo que hemos tenido, pero debo decir que ahora es un momento doloroso. Estoy orgulloso del equipo, aunque me duele tener que decir esto y no haber podido regresar con la Copa. Todos hemos dado lo mejor y lo único que puedo hacer es dar las gracias por el apoyo y el aliento que estamos recibiendo», aseguró Héctor Cúper a la multitud que no dejaba de corear su nombre.