Camacho sigue dejando rastro ganador. Francia'98 ha quedado en el olvido, incluso el maldito viaje a Chipre. España parece haber salido inmune del continuo estado de crispación en la que vivió durante la última etapa del clementismo. Fútbol y goles. No ha hecho falta más. La selección más mallorquinizada que recuerda la historia se ha regenerado y apunta alto. Tumbó a Croacia, un combinado anárquico más no poder pero que en el último Mundial estuvo a punto de emborronar un buen puñado de postulados únicamente a base de talento, y lo hizo con goles olímpicos que llevan nombre y apellidos: Vicente Engonga y Dani García.
Pese a que en el discurso de José Antonio Camacho ganar está por
encima de cualquier cosa, también parece tener claro que en los
partidos huérfanos de trascendencia puede permitirse algún tipo de
licencia. El de Cieza aprovechó para experimentar y, entre otras
cosas, situó a Vicente Engonga junto a Pep Guardiola. La
compatibilidad de ambos futbolistas no está clara y en algunas
fases del partido resultó evidente. El cántabro se alejó unos
metros de la defensa, asumió muchas más responsabilidades en la
distribución y dos años después volvió a ver pu
Dani también dio buenas noticias. Una jugada trenzada entre
Etxeberria y Aranzabal acabó con una asistencia letal que el
delantero balear no desaprovechó.