Los naufragios deportivos que ha coleccionado el Bàsquet Inca durante su estancia en categoría profesional han tenido su influjo en los despachos del club. El presidente Rubert y todo su equipo directivo acordaron en el transcurso de su última reunión dimitir en pleno y solicitar a la Federación Española de Baloncesto (FEB) la devolución del depósito LEB, que asciende a 75 millones de pesetas.
El club abrirá en breve un proceso electoral y una junta gestora será la encargada de regir sus destinos hasta la celebración de los comicios, que también podrían derivar en una simple proclamación si no hay candidatos.
La directiva, en una nota oficial remitida a los medios de comuniación, argumenta que todo este pliego de medidas responde a un ejercicio de autocrítica. «Los resultados deportivos de las tres últimas temporadas en la LEB, posiblemente, sólo se puede justificar con una mala gestión de los componentes de la junta». En la misiva se añade que «la actual directiva abre la posibilidad de dar entrada en la gestión del club a todas aquellas personas que puedan posibilitar la continuidad de un equipo mallorquín entre la élite nacional».
Rubert, en declaraciones efectuadas a esta redacción, se apresuró a matizar que la dimisión de la directiva no condicionará las gestiones que se están realizando para la próxima temporada.